5- Hasta los cinco estuvo dominó su pequeñisima existencia como princesita de su imperio de ilusión y de risas. Pero desconocia que estaba condenada a la reclusión, porque se apoderaría de ella un alma oscura y suicida. Empezaron los ataques nocturnos, mezcla de pesadilla y asfixia. Eran huellas de los eventos milimetricamente orquestrados por la gran oscuridad a la luz del día, con su gemela, una hermosa y obediente dama que siempre accedia a todos los deseos. Esta dama candorosa se camufló en la creatividad de la infante, impregnandola de malicia y de deseo. Asi su alma se volvió esclava de los halagos y de los besos. Completa la obra de las dos mujeres, una infeliz noche mostró su rostro la comandante del desastre. Era una mujer devastada, mugrienta y gris, cruel en su próposito vital de agotar a la niña. Agarró a la nena de la mano hasta que le doblegó el brazo y se le montó en los hombros. Y no quiso irse más de su pequeña cabecita, que por el peso se arqueo hacia el suelo. Con lágrimas, la hermosa mujer le agarró la manito sana a la niña y le prometió que conseguiría un salvador, para que acabará con su tormento. Insistió que la acompañaría todo el resto de la vida en su condena, aún asi se liberara su alma.
8- Y un día triste murió el hermano mayor, saliendo de la escena la alegría del hogar y llamando la adultez a la puerta. Y llamó por un reemplazo de esa figura gallarda, todopoderosa y mística, pero la niña no llenaba las expectativas. Era demasiado sensible porque diariamente la yurei le desgarraba las entrañas, la geisha quebraba su voluntad indicandole que no era lo suficientemente obediente, y quedaba tan exhausta su alma, que su voz se apago. Muda, busco imitando la masculinidad del hermano, que era un despojo. De tanto lastimarse la garganta, finalmente un día se apoderó de ella una presencia masculina. Era un ronin, lastimero samurai venido a menos, que habia sentido la agonía de la nena, que diario se le exigia esconder su femineidad porque se queria un hijo en la familia. El ronin asumio el rol, le indicó a la geisha que se escondiera, y que le permitiera urdir un plan para liberar a la nena del dominio de la tirana, de la sutileza de la geisha y de su propio violento ser.
11- La nena se empezó a involucrar con su nuevo mentor porque le daba seguridad. Ya la yurei no la martirizaba todo el tiempo, solo le robaba el sueño. Su papa reforzaba esta fascinación por la masculinidad falsa, comprandole ropa de niño, libros de aventuras, y dandole responsabilidades de varón. Su mama, siempre ausente, se dedicó a reprenderla con más ahinco, porque la niña dejaba de ser la bebita y se estaba conviertiendo en un niño rebelde, complice del padre. La niña estaba muy confundida, que debía ser: ¿geisha como exigia la madre?,¿ ronin como indicaba el padre?, ¿un despojo como le susurraba en las noches la yurei?
14- Y sucedió, la nena se transformó en una hermosa jovencita. ¿Y ahora que? Pues que la geisha se volvió muy visible y era imposible esconder la notoriedad de su hermosura. Pero era un titere de la yurei, la cual la obligaba a permanecer callada. La geisha podría haber sido ella misma, poderosa y magnanima en su posición de mujer, pero estaba encadenada a la voluntad de la yurei. Inmutable, simplemente se volvió presa fácil y empezó la tortura. Las miradas incomodas, las palabras crudas, los avances peligrosos. El ronin lamentado por el sufrimiento de la nena, le enseño a la geisha a alzar su voz como se ha en batalla, a mirar con desprecio, a huir a tiempo. Asi mismo le transmitió su conocimiento de la guerra, para detectar al enemigo antes que se presentara, a escabullirsele, a defenderse con sus palabras agresivas y esquivas. La geisha, muy confundida, replicó las lesiones con nefastos resultados. La nena se habia convertido en un ser inmanejable, grosero y que debia ser reprimido con violencia, comandó la madre. Rebelión o muerte.
17- Rara, rarisima doncella. Callada, distante y con una mirada inquisitiva. La yurei habia agotado a la geisha, habia dominado al ronin y ahora tiranizaba a la doncella. La sumia en una profundo sueño todo el día, succionandole la vida lentamente. Lo unico que le permitia era leer. Encerrada en sus libros no se le escaparía, pensaba la cruel mujer. Esta demasiado asustada del mundo, se quedará en esta mazmorra hasta que le agote el alma y quiera agonizar.Y llegó como un huracan que asola el alma, tsunami que inunda la existencia y le incendió completa. Renació la geisha, porque se enamoró.
20-Y se consumió, porque ella demasiado inaccesible. Inalcanzable en su castidad, magnanima en su racionalidad, inocente en su aislamiento. El huyo para no ser visto hasta veinte años después, para celebrar la muerte de la yurei. Pero esa es otra historia.
23- Lentamente fue llenando cada espacio de su alma. Dejó que hablara sin parar, sin presión y sin maldad. Dejó que disfrutara del bosque aterrador y ahora explorado de su mano, le prometió que no la abandonaría en día de la rebelión, le ofreció un hogar y una esperanza.
26- Y ella huyo con él, ambos buscando equilibrio. Construyeron un refugio en medio del bosque, rodeados de bandidos que les destrozaron el nicho. Les despojaban del techo, les robaban el pan, les quitaban el sueño. Y la yurei se burlaba, tontos son, ella es mi esclava. La geisha se esforzaba en ser la mejor geisha y el ronin en apoyarla como su eterno caballero andante.
30-Madre y padre se despidieron, para alejarse de ella. La madre la maldijo, porque no era un era mas que una decepcion, Era mejor dejarla con aquel para estar lo mas alejados de su malignidad. Confundida, ella acepto su destino, de la imposible perfeccion, lacerada en cada esfuerzo para convercer al mundo de su valor.
33-El se estaba aburriendo de su interminable agonia. La yurei habia asfixiado a la geisha y envenenado al samurai, ambos quedaron cerca a la muerte. Ella se convirtio en un vientre muerto e inundado de dolor. No existia esperanza ni salida. Y llego esa lluvia fresca, que lava las heridas y refresca el alma.Pero con esa misma levedad se fue. Igual que el amor de aquel, diluido en las lagrimas de su dolor.
36-Desperto enterrada hasta el cuello. Con sus dientes retiro la tierra que la contenia como flor marchita. Escupio el veneno del samurai y con un grito despertó a la geisha. Juntos, encontraron a la yurei, para cortarle la cabeza. La niña murio pero se transformo en una mujer lastimada pero sobreviviente . Los tres deambulan en una sola persona, que cuenta su historia hoy.
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